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Florencia


Los trenes en Italia son bien especiales. Uno se sube sin ningún tipo de control, es cosa de pararse en el anden y agarrar el primer tren que pasa. Nunca nos pidieron nuestros pasajes, podríamos haber hecho todo el viaje sin haber comprado ticket alguno. Además, no hay nadie a quien preguntarle si uno va en el tren correcto y cuando llega a una estación, hay que adivinar si es la tuya o no, y mas o menos tirarte pa abajo. Por lo tanto íbamos super pendientes de bajarnos en el lugar correcto. No era tan fácil la cosa, pero como pueden ver, logramos llegar a todas las ciudades de nuestro itinerario.

A Florencia llegamos en la tarde, tipo 4:00 pm. No está lejos de Pisa así que el viaje fue cortito y no tan agotador. Agarramos nuestras cosas y partimos caminando hasta el AirBNB que habíamos arrendado. Para los menos modernos, AirBNB es un sistema en el que uno arrienda habitaciones o departamentos enteros, a personas particulares que ofrecen sus casas. Como nosotros éramos 6 tomamos un piso en el centro de Florencia y fue el mejor de todos los que estuvimos. Era un edificio antiguo super bien ubicado, y el departamento era antiguo también pero remodelado, con baño ultramoderno, más bonito que el que tengo aquí en Pamplona. Yo me hubiese quedado a vivir feliz en ese piso. Sobretodo porque no tenía idea que Florencia era tan hermoso. O sea, si me había dicho que era muy bonito, pero hay que estar ahí para entender porqué.

Llegamos muy cansados, pero con mucha energía y ganas de salir a recorrer la ciudad. Pero primero lo primero, necesitábamos desesperadamente una ducha. Así que hicimos sorteo y mientras unos se duchaban, los otros tomábamos tecito reponer y aprovechábamos de descansar un poquito. Cuando ya todos estuvimos listos, era momento de conocer la hermosa Florencia.

Los primero que vimos fue la catedral de Santa María del Fiore, que quedaba como a 10 minutos caminando del piso. Tuvimos muchísima suerte porque llegamos al atardecer, en esa hora muy especial en que todo se ve medio rojizo y naranja, iluminado por el sol. Y la catedral se veía rosada! preciosa! En el camino todas las calles estaban llenas de tiendas de lujo, onda Guess, Bulgari, Dior, Chanel, Gucci, Roberto Cavalli y yo moría! Un sueño inalcanzable para una futura profesora que se quiere dedicar a la investigación, pero como dicen; soñar es gratis.

Después de ver la catedral, y de que yo babeara por las tiendas de Florencia, buscamos lugares para cenar, y yo aproveché y de comida pedí un helado de chocolate que estaba buenísimo. Mis amigos nuevamente con sus ideas raras, comieron Kebab (super italiano) pero bueno, cada loco con su tema. Lo del kebab se repitió en distintas ciudades, pero no se preocupen que yo siempre pedía pizza, pasta o gelato.


Como podrán imaginar estábamos cansadisimos, así que como a las 11:00 de la noche volvimos al departamento y caímos rendidos. A las 7:00 am del día siguiente ya estaban sonando nuestras alarmas, y partimos a conocer más de Florencia. Lo más lindo de todo, el puente vecchio, ¡Me encanto! Estaba super feliz. Nos faltó conocer el David original, pero la fila era como de 2 horas y nosotros no podíamos perder tanto tiempo de nuestro viaje express, así que me tuve que conformar con la replica, que igual era impresionante.

Definitivamente Florencia es la segunda ciudad más linda para mí, después de Venecia claro, que es lo que se viene a continuación y que me llegó al alma.


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